Crónica de un muñequito extraviado: la historia del preparador físico de Los Teros que jamás volvió a ver a su padre
Foto URU (Gentileza Carlos De la Fuente) |
Inesperadamente el ómnibus se detiene. Las puertas se abren. Al frente la policía. Atrás la vereda del destino. Y ahí, en el fondo del ómnibus, el padre que había salido con su hijo a comprar unas chapas para terminar la casita donde vivían, no dudó. Tomó al chiquito de tres años y le habló con un nudo en la garganta: “Carlitos bajá del ómnibus, andá hasta la esquina y esperá ahí que alguien te va a levantar… Va a estar todo bien…”.
Carlos
Enrique De la Fuente apeló a su instinto de padre.
“Va
a estar todo bien…”. Aquellas fueron las últimas palabras que el chico escuchó
de boca de su papá. Jamás lo volvió a ver.
Aquel
11 de mayo de 1976, en plena dictadura, Carlos Enrique apeló a su instinto de
padre. Sabía que por su militancia política sería detenido.
Su
hijo Carlitos siguió paso a paso los consejos del viejo. Chiquitito, con el
pelito sobre la frente, bajó del ómnibus y ganó la calle, hasta que el destino
puso en su camino a Abel Aurelio Massucco.
Carlos
De la Fuente, el preparador físico de la selección uruguaya de rugby, los conocidos
Teros, es dueño de una historia que pocos conocen, que forman parte de su
intimidad, y con la que convivió a lo largo de toda su vida. La de la crónica
de un muñequito extraviado.
Al
viejo no lo vio nunca más. Con su madre se volvió a encontrar. Con el tiempo
pidió para ir a ver a Massucco. Se enamoró y se vino a Uruguay a pelear la
vida, con una mano atrás y otra adelante. Y se hizo camino al andar, como le
inculcaron sus padres, luchando.
Aquella historia…
El
profe Carlos De la Fuente, que nació en Cuba, es conocido como el cordobés
porque de niño se fue a Argentina.
Los padres del profe De la Fuente: Carlos Enrique y Yolanda Ripoll |
Sus
padres, militantes políticos del PRT (Partido Revolucionario de los
Trabajadores) y ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo) habían sido presos
políticos en 1971. Estuvieron un año encerrados. Al ser liberadores “hicieron
el circuito de los presos políticos y estando en Cuba nací yo. El 20 de julio
del 73. Nací en Cuba y estuve hasta el año y dos meses”, reveló De la Fuente a Que la cuenten como quieran.
Lo
cierto es que, en determinado momento, se plantea una disyuntiva: volver a
Argentina o permanecer en el exilio.
“Mis
viejos discuten qué hacer con nosotros, conmigo y con mi hermano Pablo que es
mayor que yo. Mi padre no quería volver pero mi madre decía que, como parte de
cambiar las cosas, no concebía estar lejos de nuestro país. Mi vieja gana la
discusión por lo que mi padre vuelve a la Argentina con la misión de mandar los
pasaportes para poder entrar”, contó el profe de Los Teros.
Lo
cierto es que Yolanda Estela Ripoll se mandó sola con sus hijos y pasaron con
documentos falsos, como reconoció el propio Carlos.
La
familia regresa a Argentina. Y se produce aquel viaje en ómnibus en San
Francisco Solano. El piquete policial. Carlitos que baja del ómnibus. Y nunca
más supo de su papá.
Pero
en medio de toda esa situación hubo un detalle que el profe De la Fuente no
percibió: la mirada de su padre al hombre que lo terminó levantando en la calle.
En
ese pequeño instante Abel Massucco percibió la mirada del hombre, del padre que
le transmitía algo. Y entendió aquel mensaje de los ojos.
La búsqueda de su madre
A
partir de ese momento Yolanda Estela Ripoll inició la búsqueda desesperada de
su esposo pero, por sobre todo, del paradero de su hijo. A ciegas. Sin saber ni
imaginar absolutamente nada.
“Para
mi vieja fue tremendo porque cayó toda la célula de ella el mismo día. Entonces
quedó absolutamente aislada, rompió todos los protocolos de seguridad y buscó a
mi viejo por todos lados, siempre con mi hermano”, reveló De la Fuente a Que la
cuenten como quieran.
A
todo esto, Massucco se puso en el lugar de la madre e imaginó la búsqueda
desesperada del hijo perdido. El hombre empezó a recorrer algunas radios para
poner en conocimiento del tema a los medios de comunicación.
El
martes 18 de mayo de 1976 aparece una nota en el diario Última Hora donde se ve
a Carlos De la Fuente en brazos de Abel Massucco bajo el título: “Solano,
aventura y drama para un “muñeco” que tiene solo tres años”.
Cierto día, la mamá de Carlitos se sentó en un plaza junto con Pablo y observó la foto de su hijo en el diario. No lo podía creer. Temió. Dudó. Pensó que le podían tender una trampa. Entonces decidió consultar con su hermano que estudiaba en el Liceo Militar.
Justamente
fue el tío de Carlos el que fue a golpear la puerta de la casa de don Abel. Se
presentó, pero Massucco le respondió que no le iba a entregar al niño salvo que
trajera una foto donde el chico pudiera reconocer a su madre. De inmediato su
mamá envió una foto en la que aparece con el hermano de Carlos. El chico los
reconoce y de ese modo se produce el reencuentro con su familia.
La foto que mandó su mamá, con su hermano Pablo, para que Carlos la reconociera |
¿Y papá?
El
profe De la Fuente narra que su madre se terminó inxiliando. “Ella dice que no
es exilio, sino que se va a Córdoba con un compañero que le ofrece refugiarse
ahí. Y es ahí que se produce mi contacto con el rugby. En Córdoba fuimos a
vivir a un barrio llamado Bajo Palermo y empecé a concurrir al club Palermo
Bajo. El rugby me permitió encausar toda la agresividad que tenía”, narró
Carlos destacando la figura de José Garzón, el Jopo, de quien manifestó “fue un
padre para mí”.
La
vida siguió su curso. A Carlos no le habían contado la verdad sobre su papá.
Cuando preguntó, le dijeron que había fallecido en un accidente.
“Recién
en el año 83 mi vieja me cuenta la verdad porque yo pensaba que mi viejo se
había muerto en un accidente, que fue lo que me dijeron”, comenzó diciendo el
profe de Los Teros.
¿Por
qué le dijeron eso y no que había desaparecido? “Ese año 83, entrada la
democracia, mi abuela paterna quería vernos. Ahí mi vieja me cuenta y me dijo
que no me había dicho antes la verdad porque como yo jugaba al Rugby y
estábamos en dictadura, tenía un compañero cuyo padre era milico en funciones y
ella me explicó que, como yo compartía todo con mis amigos, tenía que cuidar de
nuestra integridad”, dijo De la Fuente a Que la cuenten como quieran.
Por
ese tiempo, su mamá le preguntó también si quería volver a reencontrarse con
Abel Massucco, el hombre que lo levantó en la calle.
“Hasta
que yo tenía 15 años recuerdo que mi madre le mandaba siempre una carta a
Massucco que incluso no sabía si le llegaba. Pero cuando me dijo de ir a
visitarlo le dije que sí. Fuimos a una mueblería y había dos tipos. Yo me paré
delante de uno de ellos. Mi vieja me preguntó si estaba seguro. El tipo me
miró, yo tenía el mismo corte de pelo taza. Me miró dos veces y exclamó:
‘¡Carlitos!”.
Aquel
reencuentro le permitió a De la Fuente abrir la cajita de una intimidad que
tenía guardada en lo más profundo de su alma. El chico llamaba la atención de
sus maestras porque en sus dibujos siempre ponía patrulleros o aviones.
Los dibujos de Carlos con aviones y patrulleros |
Pero
aquel día en la charla con don Abel, preguntó por el perro, por la hamaca, y
una cantidad de detalles que sorprendieron a su mamá “porque yo hasta ese
momento jamás había comentado nada”.
Las
versiones sobre el tiempo que vivió en la casa de los Massocco, difieren. Para
Abel fueron tres semanas, para la mamá de Carlitos fueron dos.
Pelearla en Uruguay
En
1998, Carlos se recibió de preparador físico. Un año después se vino de
vacaciones con dos amigos a Uruguay donde terminó conociendo a quien se
convirtió en su esposa. En 2001 iniciaron una relación a distancia. Al año
siguiente su novia quedó embarazada y se vino definitivamente al país.
Se
instaló en Colón, en la casa de su suegra. “Me vine con una mano atrás y otra
adelante”, admitió. Con su título en mano mandó cartas para todos lados,
incluida la Unión de Rugby del Uruguay, ilusionado en poder ejercer en el
deporte que ama. Pero el teléfono jamás sonó.
A
los pocos días tocaron la puerta y era un hombre que le había arreglado una bicicleta
a su suegra. Se pusieron a charlar y se enteró que era un exciclista de
apellido Rivero. El hombre terminó siendo el nexo para que dos semanas después
el profe Carlos De la Fuente recibiera su primer propuesta laboral para
trabajar en Oriental de la Paz junto con el técnico Fernando Balda. Lo
contrataron por tres meses.
Un
día Balda le pidió para ir al Latu a buscar ropa a un torneo relacionado a la
firma Nike. Allí se encontró con un colega vinculado al básquetbol, Fernando
Onorio, al que le preguntó si podía darle un currículum.
El
llamado de Onorio no demoró mucho. “¿Te interesa trabajar en básquetbol?”, le
preguntó. Y el profe De la Fuente comenzó a desempeñar funciones en Stockolmo.
Allí le presentaron al técnico Juan Carlos Alonso.
A
poco se iniciarse el torneo de Segunda, aparece Goes en escena para llevarse a tres
jugadores y al técnico.
“Juan
Carlos me dijo que se iba y que no tenía profe, que estaría bueno que me fuera
con ellos. En Stockolmo no ganaba un mango. Pero me costó dar el paso porque no
quería dejar mal parado a Onorio. Me acuerdo que esa noche me costó mucho tomar
la decisión. Y finalmente decidí irme a Goes donde me termino involucrando de
una manera increíble con el club”.
De
la Fuente trabajó 9 años en Goes. Hasta 2012.
Cierto
día recibió un llamado. Era el Canario González, el profe de Defensor en la
etapa de Gerardi Jauri, para decirle que asumía funciones en la Unión de Rugby
del Uruguay y preguntarle si le interesaba forma parte del staff. Era el
llamado de su vida, la oferta que esperó desde siempre.
“Fue
volver a empezar. En el rugby era complicado cobrar. Pero entendí que valía la
pena porque es el deporte que me gusta”, expresó De la Fuente que desde octubre
de 2012 comparte la tarea en Los Teros y en el club Montevideo Cricket.
De la Fuente en Montevideo Cricket |
Durante
muchos años el profe de Los Teros se involucró en el tema de los desaparecidos.
Formó parte del espacio cultural Fundación Julio Cortázar cuyo objetivo era
juntar a niños y jóvenes víctimas de la dictadura.
Su hermano Pablo generó una página de facebook con el nombre de su padre y fue el propulsor de varios documentales.
Yolanda
Estela Ripoll, la mamá de Carlos, volvió a estudiar, consiguió una beca, y se
fue a terminar Arquitectura en La Plata. “Mi vieja es un personaje increíble,
una fortaleza, un corazón. No me explico cómo no enloqueció y siempre siguió
adaptando su militancia. Una persona de acción”, dijo De la Fuente.
El
profe de Los Teros sentenció: “Mi viejo está desaparecido desde el 11 de mayo
del 76. Es de las primeras personas que está en el registro de antropología
forense pero no hay nada, es como que se lo tragó la tierra, y la cuestión es
que yo estaba con él. Así que se podrán imaginar que en mi memoria todas esas
vivencias no son gratuitas”.
Tremenda la historia de Carlos a quien tuve de profe en Yale una corta etapa y nunca me entere de esta historia.
ResponderEliminarUn abrazo grande a Carlos su flia. Y el deseo de verdad y justicia!!!
Leandro Taboada
Leandro te conozco de niño. Te escucho en la radio como presidente del gremio
EliminarBien ! Si está historia es.desconocida. nunca es tarde para la memoria. Abrazo grande
Conmovedora historia, la crueldad de los años oscuros, que destrozó vidas, familias y sociedad.
ResponderEliminarDebemos tener presente el valor de la democracia y trabajar permanentemente en cuidarla y mejorarla
Juan Carlos González (Canario) Nunca dejó de emocionarme con la historia de Carlitos,excelente preparador físico y mejor persona. Un día en una cancha nos contamos nuestras peripecias con las dictaduras.
ResponderEliminarSoy Jose Garzón, vecino de mí Hijo postizo Carlos Francisco, puedo decir que tengo el INMENSO orgullo de conocer a" CARLITOS" y a mí Querido Pablo. Puedo decir sin temor a equivocarme que Carlitos, estuvo siempre ligado a la,e física, luego el rugby. Carlitos pasaba, en su bicicleta por la vereda (era muy pequeño) yo le decía cuidado, el siempre con carácter, pasaba mil veces más. Un día se bajó de la bicicleta, nos pusimos hablar, le hice millones de " cosquillas" ya que tenía una sonrisa y una cargada única. Empezó rugby en nuestra segunda casa el Club Palermo Bajo, dónde se destacó por su habilidad, por su caracter, seria luego el Gran
ResponderEliminarCapitan. JAMAS fue agresivo, si tenía un INMENSO corazón. Conocí también a esa MUJER, increíble Yolanda. Me es muy difícil contener las lágrimas, por los momentos vividos, no por el Campeonato que ganamos en 1986, sino porla necesidad que tenía el Equipo por vernos. Queridos Amigos mimen a esa gran Persona que tienen , yo lo recuerdo en mí mente, ya que lo tengo metido a fuego en mí corazón a quien me enseñó, con el tiempo a ser PAPA. Simplemente Carlitinnn te quiero, un fuerte abrazooo
Me emocionan tus palabras Jopo querido! siempre en nuestros corazones! Fuiste y sos una de esas almas sensibles absolutamente necesarias para transitar la vida!
EliminarJuan Carlos González, Canario
ResponderEliminarEse día en la cancha primero le conté mi historia de exilio,en seguida me contó la suya y no pude contener las lágrimas. Carlitos me paso el brazo por los hombros y me consolaba. Una historia única por la determinación rapida de su padre,y la actitud de Massuco, dramática sin dudas,pero de una inmensa humanidad
La historia de Carlos me emociona cada vez, aunque la haya escuchado o leído varias veces. Dictadura nunca mas.
ResponderEliminarSoy Maximiliano Larramendi,tuve al "cabeza" como le decíamos nosotros,de profe en goes en formativas,un verdadero fenómeno,ignoraba esta historia la cual me hace admirarlo un poco más aún,abrazo
ResponderEliminarY fue unos de los fundadores de H.I.J.O.S
ResponderEliminarMuy buena síntesis, si es q puede hacerse una síntesis de años tan vertiginosos. Soy su hermano mayor, y quiero agradecerte Jorge, es hermosa la nota… gracias por encontrar esta combinación poderosa de palabras para contar algunos de los capítulos más difíciles que le tocaron transitar al Carli.
ResponderEliminarY quisiera agregar además que Carlitos era muy buen jugador de rugby con una cintura q dejaba pagando a más de uno y tuvo la mala suerte de lesionarse cuando tuvo la posibilidad de formar parte del seleccionado cordobés.
Muchas gracias Carlos. Se valoran tus palabras y los comentarios de todos los que se toman la molestia de expresar sus sentimientos.
EliminarUn grande Carlitos!!! Compartimos etapa con el seven de Uruguay con Luis Pedro Achard como coach. Un sacrificado, pleno invierno yendo de noche en moto hasta el country de Los Teros, siempre con una sonrisa y buena onda!!! Nos seguimos viendo en cada partido de Trebol vs Cricket o cuando concurro al Charruas. Desconocia esta historia de vida, abrazo grande Carlitos!!!
ResponderEliminarUn grande Carlitos compañero candombero y de la vida.Emociona la historia y por eso jamás bajaremos la bandera del DONDE ESTAN Y MEMORIA Y JUSTICIA.
ResponderEliminarAbrazo grande .
Lagarto de Candombe La Roma
Que orgullo para nuestro club haber ayudado a consolidar como persona a Carli!!!!
ResponderEliminarQue bueno recordar cosas buenas que nos brinda este juego.
Que bueno en el año que considero el peor de nuestra corta historia.
Comenzó con el episodio de Villa Gesell y continuó con la pandemia hasta el presente que nos dejó sin club y sin juego. Carli tuvo y tiene huevos adentro y afuera de la cancha. Sirve de Faro para todos.....
Abrazo
Jopo, jose alberto, formo durante años a niños y jóvenes. Fue un entrenador de rugby para sus dirigidos, con sus dirigidos. Con sus dirigidos es lo que hace que sea homenajeado para siempre. Así es el Rugby, así es el Palermo Bajo Rugby ��
ResponderEliminarInmenas Personas , Jopo y Carlín!!!
ResponderEliminarAbrazo Grande
Lucas B de k
CARLITOS COMO LE DECIA PASO MUCHO TIEMPO EN.MI CASA;X SER AMIGO Y JUGAR AL RUGBY CON UNO DE MIS HIJOS. Y LO PUEDO RESUMIR EN TRES PALABRA
ResponderEliminarS: UN CHICO BUENO!!!! Soy SUSANA LA MAMA DE LOS BERSANO!!!!
CARIÑOS DESDE CÓRDOBA
ResponderEliminarHace 10 años conocí a Carlitos y a Pablo a través de los relatos de Yoli, compañera a la que tuve el honor de atender. La historia de vida de una familia de militantes que la última dictadura golpeó con ferocidad. Memoria Verdad y Justicia por su padre quien perdió su vida por la revolución! AVOMPLA.
ResponderEliminarTremendo profesional, amigo y más importante, ser humano
ResponderEliminarTuve el gusto y la gran fortuna de conocer a Carlitos, durante el cursado de La Licenciatura en Ed.Fisica, por sobre todo un amigo, al cual admiro, por su gran valor y convicciones. Abrazo enorme Profe.
ResponderEliminarGustavo Betelu.