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El yankee que jugaba cuando aparecía Espert y el pase de Manzana López por un pool: Cyssam historias de un sentimiento 



La Federación Uruguaya de Básquetbol había dado el ultimátum. El club que no tenía tablero electrónico no podía jugar en Segunda. Por la calle Marcos Sastre cundió el pánico. Era viernes. El equipo debutaba el martes.
No había tablero. No había dinero... El cuadro se había gastado los pocos pesos que le quedaban en la incorporación de Fernando López.
El pase del Manzana fue histórico. Lo pagaron con la venta de una mesa de pool.

Pero aquella tarde un par de jugadores rascaron los bolsillos y lograron adquirir un tablero sencillo y a bajo costo. Claro, el tema era dónde ubicar y cómo levantar aquella pesada estructura. No había forma. Entonces a uno se le ocurrió salir a comprar dos puntales de eucaliptus para levantar el tablero y de esa forma poder arrancar el campeonato de ascenso.

El tema es que, como la cancha era abierta, había que sacarlo y ponerlo porque, o se estropeaba, o lo robaban. Aquella fue una odisea.

Cyssam Maroñas ya no compite. Su vieja cancha es un terreno baldío. Su sede queda como mudo testigo de un sueño. Hasta su nombre mutó. Antes era Cyssam (que eran las siglas de la fábrica Campomar y Soulas Sociedad Anómima y a la cual le agregaron la M por Maroñas). Hoy es Cyssa Maroñas. Pero a pesar de la desaparición, sus historias y cuentos perduran y se transmiten de boca en boca, y generación en generación, por las calles del barrio.

Foto: Parque Industrial Juan Lacaze

Que la cuenten como quieran… pero así empezó aquella etapa de gloria que terminó con el club de los trabajadores de la textil en Primera.

Corría el año 1994 cuando el Cabeza Basaluchi, entrenador del equipo, motivó a sus muchachos con una promesa: “Si se salvan del descenso el año que viene voy a traer a tres o cuatro jugadores de nivel”.

Un sábado de domas en la vieja cancha de bitumen apareció el Cabeza Basaluchi con Sergio Somma y Juan Fitipaldo (padre de Bruno), además de otros jugadores de Malvín.

La incredulidad ganó a todos los muchachos del Cyssam cuando les dijeron que Somma, que había sido campeón Federal con Cordón, jugaría en el club del barrio.

“Yo había dejado de jugar profesionalmente y como tenía algunos amigos en común entre Cyssam –con M al final aclara- como el Coco Machaín, Eber Pita que era amigo de Rodolfo Pazos, Javier Espíndola, entre otros, dijimos con Juan, ¿por qué no? Y allá fuimos”, rememoró Somma.

Por esos tiempos existía una gran relación entre ambos clubes. El Cyssa era una especie de sucursal de Malvín y varios jugadores de la playa comenzaban a desfilar por el club de Maroñas.

Tablero con agujeros

Cyssam era un club con determinadas particularidades. Aquel año que jugaron en Tercera, el tablero que daba a la calle Andrés Latorre tenía un agujero. No tuvieron mejor idea que taparlo con macilla y pintarlo para disimular.

Una noche llegó Capurro con Marcelo Peinado (hermano de Carlos) como figura. En pleno calentamiento, de tanto pegar la pelota contra el tablero, la macilla se terminó saliendo y quedó el agujero a la vista de todos.

Twitter Malvín


Somma recordó que no cobraba por jugar en Cyssam. “Al contrario, ponía plata por jugar (risas). Es que el único requisito que poníamos con Fiti era tener buenas pelotas para entrenar y jugar. Al final pagaba por jugar porque las pelotas las comprábamos nosotros”, recordó entre risas el actual presidente de Malvín.

Por ese entonces, el club logró el concurso de un entrenador argentino que tenía como antecedente haber dirigido a Racing. “Tenía unos conceptos de básquetbol espectaculares. Era increíble lo que enseñaba”, expresó Pablo Freita, uno de los jugadores nacidos en el club.

Pero el problema fue que el hombre se internaba en la cantina del Cyssam y se perdía. “Se tomaba como seis o siete grappas. Era memorable. No alcanzó a dirigirnos”, reveló Freita.

El club terminó contratando a Rubens Valenzuela. Cyssam ascendió a Segunda.

Ramírez a Goes por pelotas

Foto: Facebook Yo jugué en Cyssam

Para disputar el torneo ascenso de 1996 el club se quería jugar una patriada. Aspiraba a contratar al Manzana Fernando López. Pero claro, chocaban con la realidad de siempre: no había un mango.

Por aquel entonces, Goes se interesó por el concurso de un zurdo surgido en las entrañas de la Curva: Álvaro Ramírez. En el Cyssam se ilusionaron con el pase. Pero Goes terminó gestionando un préstamo.

“Me terminaron negociando a préstamo por unas pelotas que le dieron a Cyssam”, reconoció Ramírez. Recién dos años después Goes terminó comprando a Ramírez a cambio de 10 mil dólares.

Lo cierto es que se terminó realizando una negociación que concluyó con el desembarco del Manzana López y el Ojito Iglesias, otro jugador del riñón malvinense, en el club de la calle Marcos Sastre.

Manzana era el único jugador pago. Debe haber sido unos de los pocos en la historia del club, además de un estadounidense que habían contratado muchos años antes. Resulta que el yankee había llegado para Goes pero se quería ir. Una noche apareció Eddie Espert por la cantina del Cyssam y salieron a buscar al moreno.

Facebook Haras Gavroche

“El yankee jugaba a media máquina hasta que venía el Gordo (Eddie Espert). Cuando lo veía arrancaba a jugar porque sabía que estaban los dólares. Era increíble. Si no veía al Eddie no caminaba. Un día le dieron los dólares en el entretiempo. Se los puso en las medias y salió a la cancha.
¡Voló en el segundo tiempo! Me acuerdo que el negro se comía una caja de alfajores y se tomaba una Mirinda de litro”, recordó Freita.

Histórico: Cyssam a Primera


Y de la mano de la conducción de Alberto Espasandín y con un plantel donde estaban Somma, Fitipaldo, Manzana López, Iglesia y Gratadoux, entre otros, Cyssam logró el milagro: subir a Primera. Un lío tan inesperado como real.

En una final disputada en el Cilindro Municipal el cuadro del barrio terminó ascendiendo tras vencer a Montevideo 92 a 78.

“Aquello era algo impensado. Jugar en Primera era una locura, eran mucha la plata”, recordó Freita. Por lo que a último momento se decidió no competir.


Cyssam perdió la afiliación, la que recuperó recién en 1998 al influjo de una decisión del único jugador de renombre que el club le había dado al básquetbol uruguayo. Álvaro Ramírez dijo que no quería jugar más en Primera y que volvería al Cyssam.

“Había jugado en Goes, en Malvín y nuevamente en Goes pero estaba cansado de que no me pagaran el sueldo. Me prometían y no me pagaban. Me iba mejor en mi negocio que era colocar mesas de pool. Entonces decidí dejar el básquetbol de Primera e irme a jugar honorariamente en el Cyssam”, contó Ramírez.

Contarlo y analizarlo ahora parece una medida alocada. Es que las decisiones que se toman con el corazón son difíciles de entender. Hay cosas que no tienen precio y valen más que el dinero.

La venta del pool que permitió el regreso del Manzana

En 1999 el cuadro vuelve a jugar en Segunda y deciden contratar nuevamente al Manzana López. La operación fue insólita. López tenía una oferta de Neptuno.

Freita y Ramírez, que llevaban adelante el negocio de la colocación de mesas de pool, llamaron al Manzana y fueron sinceros: “le pedimos que nos diera dos o tres días para ver si podíamos vender un pool”, reveló Freita.

Sobre el cierre del período de pases sonó el teléfono en la casa de los Ramírez. “¡Álvaro!”, dijo una voz excitada del otro lado de la línea. “¡Llamen al Manzana! ¡Vendí el pool!”, expresó con felicidad Pablo Freita.

Y de esa manera López volvió al Cyssam. A sangre, sudor y lágrimas.
A poco de empezar la temporada surgió el inconveniente con el tablero electrónico que fue adquirido de apuro y “clavado” en dos puntales de eucaliptus tras una plancha que hicieron entre Diego Bolumburu y Diego Marenco.

Los líos de la hinchada

Aquel tablero del Cyssam tenía determinadas particularidades. En uno de los primeros partidos, contra Capitol, había terminar el primer tiempo y los jugadores estaban literalmente fundidos. ¿Qué había pasado? Se dieron cuenta de que el reloj de 30 segundos iba más rápido de lo normal.

El esfuerzo por comprar el tablero se derrumbó pronto. En la cuarta fecha la hinchada armó lío y le suspendieron la cancha.

“Me acuerdo cuando íbamos a jugar partidos difíciles afuera que teníamos un sequito de gente que nos seguía como guardaespaldas. Una cosa increíble de Cyssam. Otro básquetbol, otro mundo”, rememoró el Tano Somma.



La cancha de Cyssam tenía su fama. Para entrar había que pasar por la cantina. El tema era para salir…El portón parecía más chico de lo habitual.
Aquel era el territorio del Gordo Mario y el Gordo Sergio, dos hermanos que manejaban la cantina del club.

Las historias y cuentos eran recurrentes. Por aquellos años Cyssam llegó a ser dirigido por el exárbitro Roberto Mouradian.

Resulta que el cuadro llevaba como ocho fechas sin ganar. El aire era irrespirable. Todas las miradas apuntaban a Mouradian. Una noche Cyssam le ganaba bien a El Tanque. Parecía que encaminaba su primer triunfo.
Pero en pleno partido el presidente Daniel Zunino le gritó a Mouradian: “¡Te voy a echar. Hoy es el último partido!”. A lo que Mouradian respondió: “Hoy que vamos ganando me vas a echar…”.

De cara a la cuarta fecha del año 2000 el club no pudo soportar el tsunami del profesionalismo. Sin ganar en cancha y sin dinero afuera, se terminó decidiendo la desafiliación.

Pese a los años que pasaron, la memoria de Sergio Somma no olvida cada momento vivido en el club.

“Qué recuerdos… La gente, el post partido que era increíble, todo humilde pero con mucha calidez. La cantina, la parrilla afuera. Hace poco le hicieron un reportaje a mi hija Florencia y contó que se acordaba de ir al Cyssam”.

El tiempo pasó. Somma se convirtió en el presidente que logró la transformación histórica de Malvín, deportiva y social. Los muchachos del Cyssam cruzaron 8 de Octubre. Terminaron jugando en la categoría Veteranos del rival del barrio: Defensores de Maroñas. Y, vaya paradoja del destino, allí encontraron su lugar. Fueron pilares para la transformación del club.

Pero mire como son las cosas: cambiaron de calle, cambiaron de club, cambiaron de camiseta. Pero no de sentimiento. Cuando usted le pregunta a cualquiera de ellos de qué cuadro son hinchas, no dudan en responder: Cyssam.


Comentarios

  1. El club del barrio, donde pasábamos horas y horas. Ir a los partidos en bondi, camiones, caminando, como sea.
    Recuerdos imborrables

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  2. Mi querido CyssaM carajo! El mejor equipo en el que jugué y la mejor gente, sin contar los entrañables amigos que coseché. Que lindo leer esto, y sin miedo lo digo, mis ojos se humedecieron y la piel se me erizó.

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  3. Excelentes historias Nacho!!!
    Como ya nos tenés acostumbrados.
    Que de tu mano sigan reviviendo estas historias inolvidables.

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  4. Señorans que linda nota, que lindos recuerdos, mi infancia mi adolescencia pase en esa cancha, en ese club, hasta el día de hoy a mis 40 años si me preguntan de que cuadro soy, soy hincha del Cyssam, tengo el diario guardado desde el año 1997 que salimos campeones en el Cilindro. Gracias y abrazo.

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  5. Que hermosura lo que leí, que recuerdos, un sentimiento dale y dale Cyssam carajo. Nunca más me olvidó la final de juveniles que jugué en 1978 contra Barrio Obrero del Cerro. Y la ganamos.

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  6. sencillamente espectacular el poder haber vivido esos hermosos momentos.

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  7. El cyssam es lo más grande , la hinchada eres un huracán (brutal ) me recuerdo cuando debuté en primera que fue por un triple que dona me dijo , si lo embocas otra vez entrenas con nosotros jajaj y ahí la metí jajajja la primera vez que jugué me recuerdo como si fuera hoy , entraba por él manzana López y me agarro el pata el hincha del Dani y me dijo ( vos mete adentro que yo me encargo de afuera )no tengas miedo huyyyyy fue una explosión tremenda , con casi 18 años jugar en primera era brutal . Recuerdos mil de mi querido cyssam

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    1. Aramis,se iba a los partidos sin practicar en la semana, pero teniamos a Alvarito que era una bestia, hacia 40 todos los partidos. Recuerdo que nos dirigio ese año 99/00 Da Pra, tambien el chato Gimenez. Todo el campeonato entre los primeros 3 o 4 hasta que se complico y se iba a los partidos con 7 u 8 jugadores. Que recuerdos del CYSSA

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  8. El Coco vecino de toda la vida en Vicenza, mi primo en la cantina muchos años.

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  9. Que grande el cyssa recuerdo ver a mi viejo jugar futbol de salon por un agujerito del porton de andres latorre, los lios que habia tambien, club de barrio de guapos pero con codigos SALU

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  10. Yo con la 14 fui feliz esos años. Realmente éramos gladiadores.

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  11. Recuerdo ser mini y cadete e ir a jugar a la cancha del cyssa contra equipos de primera división como nacional o malvin en formativas años 80

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  12. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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