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El niño maravilla del baby fútbol por el que ofrecieron una valija con 200 mil dólares; una historia que invita a la reflexión 

Foto twitter Enzo Scorza


La niñez atropellada. Las grandes cadenas de TV de Brasil en la cancha donde jugaba. Una propuesta de Inglaterra. Un viaje a Porto Alegre. Y la propuesta en una valija con 200 mil dólares. Su papá mirado con otros ojos en el pueblo. Pasó a ser tildado de vividor.  El estallido desbordó todo lo imaginable. Cuando trascendió que en el club Sarandí Universitario de Rivera había un botija que la rompía, la vida del niño cambió para siempre.

Tendría unos 10 años cuando se percató del cambio. Todo comenzó cuando la poderosa cadena de televisión brasileña Globo desembarcó en Rivera para realizarle una nota. El tema es que esto no pasó una vez, sino que se empezó a reiterar todos los fines de semana.

Y como es lógico en una ciudad de frontera, bastó que el rumor llegara a Brasil, que la televisión lo mostrara jugando, para que los brasileños depositaran los ojos en aquel diamante en bruto llamado Enzo Scorza.

“En ese momento me empecé a dar cuenta de que ya era otra cosa, de que yo era un negocio, cuando lo único que quería era divertirme. Todo fue muy loco porque enseguida me vinieron a ver Gremio e Inter de Porto Alegre y empezaron a insistir para llevarme”, me contó Enzo desde su Rivera natal.

Por aquellos tiempos el papá del niño maravilla, Aldo Scorza, dedicaba los fines de semana a su gran pasión: el motociclismo en tierra. No le gustaba el fútbol. Ni siquiera lo miraba por televisión. Pero curiosamente, sin ser adicto al fútbol, Aldo se transformó en protagonista de la historia. Es que cuando un niño deslumbra no importan los métodos. Todo vale para asegurarse su concurso, y más si promete ser una estrella como Enzo.

Fue así como Aldo comenzó a transitar por un camino desconocido, el de lidiar con un niño prodigio.

De la noche a la mañana las propuestas invadieron a papá Scorza que tuvo que reformular su vida. “Todo se inició en la etapa del baby fútbol, ahí comenzó a aparecer gente de todos lados. Fue un disparate. Enzo tenía 10 años. Nosotros fuimos frenando el tema. ¿Cómo lo frenamos? Fuimos negando para acá, para allá, porque lo querían llevar a todos lados, entonces yo les decía que era muy chico, que tenía que estudiar, pero llegó un momento en que no dio más la cosa y tuvimos que largar todo”, admitió con resignación el padre del chico cuando lo entrevisté para el libro La cara oculta del baby fútbol (Fin de Siglo).

El chiquilín pasó a ser noticia en Rivera y sus alrededores. El periodista Sergio Farto aportó a Que la cuenten como quieran: “Yo era un botija y lo íbamos a ver a Enzo porque era la sensación del pueblo. Habían viajado de todos lados a verlo porque se lo querían llevar. Recuerdo un día que estaba con unos amigos y nos íbamos a ir a tomar mate al centro. Pero jugaban Sarandí contra Oriental así que cambiamos de plan y nos fuimos a verlo. Cuando llegamos le preguntamos a un tipo porque no lo conocíamos y nos dice, ‘sí, sí juega ahora’. El hombre se dio vuelta y le dijo a la madre de Enzo, que estaba sentada atrás de un arco, ‘otro más que viene a ver a tu hijo’. En Rivera se llenaban las tribunas para ver a Scorza”.

Propuestas y promesas llovieron por doquier a los Scorza. Una vez les ofrecieron viajar a Inglaterra, en otra oportunidad recibieron un planteamiento para llevar al niño a estudiar a Brasil, a Minas Gerais. ¿En qué consistían las propuestas? Que dejaran al chiquilín en Brasil y el club autorizaba a los padres a viajar cuando quisieran ir a verlo.

De las promesas al dinero fue un paso corto e inmediato. “Una de las primeras veces que vinieron por Enzo me ofrecieron dinero. Era gente que quería darme plata a cambio de representarlo”, narró el padre de Scorza, agregando que le exigían firmar una especie de poder para asegurarse al chico. “El interés era que saliera el niño, pero nosotros como padres nos preocupábamos de que no viviera todo lo que pasaba a su alrededor, queríamos que jugara con la sana intención de divertirse. Para nosotros la plata no era el tema”, rememoró Aldo.



Gremio lo deslumbra

Foto twitter Enzo Scorza

Lo cierto es que poco le importó a Gremio que Enzo fuera a la escuela y que no tuviera edad para decidir. A todo o nada, fue a Rivera por la joya. Y se la llevó una semana a Porto Alegre. Las promesas, los lugares visitados, deslumbraban.

A los padres del niño estrella les ofrecieron trabajo en el Restaurante Los 3 Mosqueteros que estaba abajo del estadio Olímpico. Por si fuera poco el hecho de viajar a Brasil con una propuesta laboral, les regalaban un apartamento y les aseguraban unos mil reales para el chico. Enzo recordó que “el apartamento era tremendo, tenía tres dormitorios, piscina, gimnasio. Mi padre pintaba autos en Rivera y no quería irse del país, pero la presión era enorme”.

La familia Scorza estuvo una semana Porto Alegre con todos los gastos pagos con la condición de que Enzo fuera a todos los entrenamientos de Gremio para que los técnicos del club lo pudieran ver en acción y luego ficharlo.

El elenco tricolor no quería perder al niño maravilla y elevaron la propuesta laboral a los padres. El presidente tenía una empresa de ómnibus por lo que le propusieron a Scorza emplearlo ahí y a su señora en Gremiomanía, uno de los locales que vendía productos del club en el propio estadio.

¿Qué hacer, cómo actuar?

Es acá donde invaden las interrogantes sobre las innumerables historias que existen con los niños que juegan bien al fútbol en Uruguay. ¿Es correcto que tengan que pasar por todo este tipo de situaciones con 10 años de edad? ¿Está bien que se los intente deslumbrar con zapatos de fútbol, promesas, autos, casas con piscinas a cambio de ficharlos sin saber si mañana llegarán a jugar a nivel profesional?

Enzo Scorza recuerda cada una de las formas en que intentaban seducirlo y  conquistarlo. No olvida cuando le dieron el equipo deportivo de Gremio, marca Kappa, o la camiseta con el escudo bordado. No es difícil imaginar los ojos bien grandotes del niño ante todo lo que se le presentaba.
Foto twitter Enzo Scorza


“Lógico que un niño se deslumbra. Hasta uno se puede deslumbrar con todo lo que le ofrecen y prometen, pero hay que poner los pies en la tierra. No es pongo plata y me lo llevo. El dinero no es todo en la vida, es la persona, los valores, porque con el dinero te podés llegar a torcer y salís para cualquier lado”, admitió el papá de Enzo.

Culminado el período de prueba en Brasil la familia volvió a Rivera. Pero claro, Gremio andaba detrás de la presa. Insistieron. Viajaron siempre a buscarlo. Scorza recuerda a un señor de apellido Abelardo, que le regalaba llaveros, equipos deportivos, todo de Gremio para convencerlo. “Llegaban en terribles camionetas”, me contó Enzo.

Por aquellos tiempos la prensa daba por cerrado el pase del niño de 10 años. La historia fue tan real que así la reflejó el periodista Rosdom Belian.
“Con tan sólo 10 años, el riverense Enzo Scorza, era pretendido por Barcelona de España, River argentino, Danubio, Defensor Sporting de Uruguay e inclusive equipos chilenos. Pero su padre llegó a un arreglo con el Gremio de Porto Alegre, en la que los propios brasileños destacan como la mejor inversión del mercado futurista del club en los últimos tiempos. El promisorio juvenil ha entrado en la historia de nuestro fútbol al convertirse en el jugador uruguayo de menor edad en emigrar al exterior, y a su vez ser el primer jugador que pasa de un club del interior directamente a otro país”.

En su relató agregó que el superintendente del club brasileño, Paulo César Verardi, informó que: “Un niño uruguayo de 10 años que era asediado por emisarios del Barcelona español, el River Plate argentino y dos clubes de su país se convirtió hoy en el más atractivo refuerzo del Gremio”.

Atraído por los comentarios de hinchas del Gremio en Rivera, Verardi viajó a la ciudad fronteriza para observarle en acción durante un partido del Sarandí Universitario. El conjunto de Scorza se impuso por 16-1 y media docena de goles tuvieron el sello del habilidoso creador, que jugó con el número 10 en la espalda.

“Hoy tuvimos el acercamiento definitivo con los padres de Enzo y hemos llegado a un acuerdo que nos da prioridad para la conducción de su carrera futbolística” dijo Verardi en diálogo telefónico desde Rivera. Y concluyó: “Su edad y escolaridad impiden una transferencia inmediata a Porto Alegre”.

Gremio daba por sellado el acuerdo. Sin embargo, la historia en torno a Enzo tendría  más condimentos…

La valija de los US$ 200 mil


La locura en torno a la familia Scorza no terminaría ahí. Enterados de su vuelta a casa, la ciudad de Rivera se volvió a convertir en un panal plagado de miel para emisarios, representantes, y dirigentes de clubes dispuestos a lo que sea por el niño jugador.

Es por esos tiempos que se produce el rumor de que iba al Milan de Italia a buscarlo. Apareció Nacional, Danubio, dicen que hasta Real Madrid… Pasaron tantas cosas pero lo único real fue la aparición en escena de River Plate de Argentina.

Por intermedio de Vicente Laino, un empresario que llevaba jugadores al elenco millonario, los argentinos tomaron contacto con la noticia de las condiciones del niño maravilla.

El papá de Enzo fue citado a una pizzería en Montevideo. Hacia allá viajó. Cuando llegó lo esperaban con una sorpresa. En medio de la charla abrieron una valija minada de dólares por su hijo.


“Pasaron muchas cosas, aparecieron con una maleta llena de dinero, se dijo que eran 200.000 dólares. Me hablaron bien, que no lo querían apurar. El tema es que se salió todo de las manos”, rememoró el papá de Enzo.

Aldo Scorza volvió a su pueblo y su señora lo aguardaba para conocer las novedades. Se reunieron en torno a la mesa familiar. Pero claro, la preocupación era que Enzo no se enterara de toda esa locura que ocurría a su alrededor. Al fin de cuentas era un niño.

La mamá del chico no quería salir de Rivera. “Me acuerdo que mi viejo hablaba con mi madre y yo veía todo eso que se generaba en torno a mí pero no le daba mucha importancia porque solo quería jugar”, admitió el futbolista.

Todo terminó con la aparición de Francisco Casal en escena, según contó el propio Scorza. Fue cuando decidieron comenzar por la capital. Cuando Enzo tenía 12 años viajaron a Montevideo y arreglaron con Danubio que le pagaba un sueldo de jugador de Primera división. La decisión de venir a Montevideo se tomó porque los padres del chico querían que estudiara.

Con el dinero del salario la familia Scorza alquiló una casa en la zona de Instrucciones y Millán. Debido a que Enzo era menor, el sueldo lo cobraba el padre. Pero con una condición que acordó con los dirigentes: que el niño no se enterara del tema del dinero porque querían que se dedicara solo a jugar y estudiar. Enzo abandonó los estudios en cuarto de liceo porque al ser citado a las selecciones juveniles se le complicó con los entrenamientos y los viajes.

Críticas al padre


La adaptación a la capital no fue sencilla para la familia. El papá cambió de vida. Viajó a Montevideo para acompañar a Enzo. Cuando volvió a Rivera sufrió las críticas despiadadas de los que lo tildaban de vividor de su hijo.

“Mucha gente nos criticaba, nos decían que nosotros vivíamos del chiquilín, pero no entendían que nosotros fuimos a Montevideo para estar con él, no era para vivir con lo que él generaba. Si era por plata agarraba lo que nos ofreció River. Es un tema complicado, no es fácil y lamentablemente todo esto se sigue dando. Mucha gente te critica y tenés que estar pronto para aceptar, pero no entienden la otra parte, la de estar con el niño. Después están los otros que te dicen, porqué no agarraste la plata, era la oportunidad, el tren pasa una sola vez. Es complicado, te hablan de todos lados. No fue fácil vivir recibiendo propuestas todos los días”, admitió Aldo para dar una idea de lo que significó tener un hijo con condiciones.

Desde su experiencia aportó el consejo para los padres que pueden llegar a vivir situaciones similares por el talento futbolístico de sus hijos a temprana edad.

“Yo lo único que puede decir es que todo esto depende del pensamiento de la familia y como toman el tema. Si piensan que el niño es un fenómeno, ahí es bravo. Ahora, si están bien, la van a saber llevar. Vivimos en un país donde a todo el mundo le gusta el fútbol y los padres ante propuestas como las que recibimos nosotros quedan como locos. Pero lo mío fue distinto porque como no me gusta el fútbol, no me deslumbró. Si a algún padre le toca la situación que me tocó vivir, que lo piensen bien, que no se haga mucha ilusión, que es una cosa muy vidriosa, que ponga los pies sobre la tierra, porque si le pasa de tener un hijo que juega bien, van a venir, lo van a ver frágil y le van a ofrecer de todo. Que no se deslumbren, porque es un ambiente vidrioso”.

“Pasamos muchas cosas, me tocó vivir muchas situaciones y el problema es que tienen que dejar que los niños se diviertan”, explicó Enzo Scorza. “Llega un momento que es todo un negocio. Te tildan de niño prodigio y cargar con eso pesa mucho porque tenés siempre como a 10 personas que andan atrás tuyo. No es sencillo, yo escuché muchas historias de casos de niños a los que les dan plata a los padres para comprarlos y todo eso puede afectar su desarrollo porque cuando hay plata de por medio es bravo el tema. Yo sufrí”.


Enzo Scorza jugó en selecciones juveniles de Uruguay. Debutó en el primero de Danubio donde, por diferencias entre el presidente Arturo Del Campo y Francisco Casal, el contratista fue sacado del club. Enzo se fue llorando. Lo llevaron a Rampla Juniors y Central Español. Se desligo del grupo Casal y emigró. Jugó en la serie C de Italia.

“Me acuerdo de Scorza, claro. ¿Y ahora dónde está?, me preguntó Diego Forlán cuando le hablé del caso del niño maravilla en la entrevista para el libro y expresó: “Ves… viste lo que pasa… Tiene que haber sido un tormento haber vivido todo eso”.

Comentarios

  1. Muy buena, representativa y realista historia!
    Muchas familias apuestan a dar ese golpe de fortuna y asegurarse el futuro, apostando todas las fichas a los salvadores pies de sus hijos.
    He visto a muchos priorizar el fútbol y descuidar los estudios.
    Creo que en la actualidad los clubes y las políticas públicas incentivan la continuidad educativa. Pero como siempre digo,la familia es fundamental.
    Humildemente, siempre les digo a mis alumnos futbolistas que tengan un plan b o seguro en el estudio.
    Esta historia me será muy útil para compartir con esos alumnos.
    Muchas gracias, como siempre, un placer tener acceso a ellas.
    Un gran abrazo.



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  2. Excelente nota y da para pensar no solo por el futbol sino por todas las otras cosas que los niños pueden llegar a vivir en su inocencia.

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  3. Lean el libro "mi mundial" 1 y 2 . Baldi pinta éste mundo carnívoro y despiadado mejor que nadie

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  4. Excelente historia esta lleno de historias parecidas el baby fútbol los padres quieren salvarse a través de los hijos y llega uno en un millón

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