La 30, la radio que en 1983 fue silenciada por el gobierno militar por no irradiar el himno nacional. La 30, la radio de Germán, fue capaz de otra historia increíble cuando desafió al poder económico con Álvaro Recoba relatando un partido de Uruguay con los ojos vendados.
“Hay
cosas que no se pueden comprar en exclusividad por más dinero que se tenga”,
decía la promoción de un hecho único que fue certificado por escribano público.
Corría
el año 1987 cuando Canal 4 y CX 12 Radio Oriental decidieron comprar en
exclusiva los derechos de la Copa América que se jugaría en Argentina.
La
12 quería imponer a su nueva voz en el relato: Julio Ríos, que formaba dupla
con Jorge Da Silveira. Lo que jamás imaginó Oriental fue que aquella decisión
desencadenó lo que se conocería como “la guerra de las radios”.
La
medida de Oriental generó bronca. Los relatores Carlos Muñoz (CX 16 Carve),
Javier Máximo Goñi (CX 18 Sport), Alberto Kesman (CX 22 Universal), Néstor
Moreno (CX 30 La Radio) y Ruben Casco (CX 40 Fénix) lanzaron un comunicado
contra lo que consideraban una “medida autoritaria que impide a los mencionados
relatores llevar a sus respectivas audiencias la disputa de la Copa América”.
Pero
Oriental salió al cruce diciendo que los derechos habían sido adquiridos en
tiempo y forma, en el libre juego de la oferta y la demanda. En su comunicado,
la 12 aclaró: “las emisoras que deseen tomar íntegramente la transmisión podrán
hacerlo”.
La
indignación era tal que Carlos Muñoz, según reveló Últimas Noticias, expresó en
Subrayado: “Como dijo Carlos Solé, la exclusividad es de mediocres”. Al tiempo
que Alberto Kesman se manifestaba en Telemundo diciendo que “al uruguayo no le
gusta que le impongan, al uruguayo le gusta elegir”.
Pero
lo más insólito ocurrió con la 30 que, lejos de quedarse de brazos cruzados,
puso manos a la obra para relatar los partidos de Uruguay.
¿Cómo
hizo? Se las ingenió para que el relator narrara las incidencias del partido
con los ojos vendados. Sí, así como lo lee, con los ojos vendados.
Claro
que hubo un pequeño inconveniente, el relator Néstor Moreno se negó a llevar
adelante la aventura, por lo que el flamante director de la radio, Alberto
Grille, convocó a su suplente, Álvaro Recoba.
“Yo
era el relator suplente de Néstor Moreno que formaba la dupla con Cacho Barizzoni.
La radio estaba muy politizada. Hacía poco que había vuelto la democracia y
era la radio de Germán Araújo, con la que se identificaba y tenía como referencia la gente de la izquierda. Un día me llama Grille y me
dice: ‘Mirá Álvaro le ofrecí a Moreno hacer esto y no acepta. ¿Vos te animás?’
Y yo le dije, con mucho gusto pero, ¿cómo hacemos?”, expresó Recoba a Que la cuenten como quieran.
Grille
llamó para ver si podía retransmitir la Copa América y le dijeron que no. Sin
embargo, y pese a que no había forma de ver los partidos, el director de La
Radio dijo que los partidos de Uruguay los iban a transmitir igual. ¿Cómo
hicieron?
“Primero
pensamos escuchar Radio Oriental y relatar arriba pero el tema fue que nos
enteramos que ellos iban a realizar una inspección. Fue ahí que Grille empezó a
buscar una radio. Las comunicaciones no eran como las actuales que escuchás
radios de cualquier parte del mundo por internet. No, tenías que sintonizar la
emisora. Y agarró una radio de Mar del Plata que se escuchaba clarito”,
rememoró Recoba.
Recoba con los ojos tapados
Definidos
todos los aspectos, La Radio se lanzó con una llamativa batería publicitaria
que despertó curiosidad. Un aviso en el diario La Hora decía: “Recoba es mejor
hasta con los ojos tapados”. El aviso estaba justamente acompañado de una foto
del relator con una venda en los ojos, rodeado por Moreno y Cacho Barizzoni.
La
pauta publicitaria expresaba: “Hay cosas que no se pueden comprar en
exclusividad: la magia, el ingenio, el talento, por más dinero que se tenga.
Este jueves, con los ojos tapados y ante escribano público, reinterpretando el
relato de una emisora colega Recoba demostrará que es mejor. Usted será el
jurado”.
Antes
de lanzarse a la aventura, La Radio se cubrió en todos los aspectos jurídicos y
en un comunicado expresó que la emisora realizaría el relato de Recoba con los
ojos tapados “sin publicidad, para no afectar los intereses de CX 12, que ha
comercializado el relato en exclusivo”.
Y
allá fue Recoba el 9 de julio de 1987 al estudio de la 30 en el Palacio Salvo. Acompañado
de su señora Martha Carro que estaba embarazada de su hija Virginia Recoba que
nació en noviembre de ese año. “Aquello era todo un acontecimiento”, reveló el
relator.
Recoba
no olvida cada detalle de aquel día que marcó un antes y un después.
“Me
acuerdo que el estudio tenía un vidrio y desde el hall se podía ver a los
periodistas. ¡No saben lo que fue aquello de gente! Sí, fue gente a ver la
transmisión”, comenzó diciendo.
Pero de pronto, todo pareció derrumbarse. Se apareció en la radio un escribano de Canal 4 para meter miedo. Los nervios a flor de piel. Gente
que entraba y salía del estudio mientras Recoba aguardaba el momento de relatar
el partido sin poder verlo. Una odisea, una locura.
La hora del partido se avecinaba. Nadie sabía los pasos a dar. ¿Qué
hicieron? Grille llevó la túnica y la moña que utilizaban sus hijos para ir a
la escuela y llamó al relator Recoba.
“Me
taparon los ojos con la moña entonces yo escuchaba la radio de Mar del Plata y
relataba. El tema es que no se podía pasar avisos. Ahí la 30 hizo las cosas
bien desde el punto de vista judicial porque mientras yo relataba, Larrosa, un
locutor espectacular, pasaba solo publicidad oficial de la radio y decía a cada
rato: “Esta es una transmisión en diferido”, comentó el narrador deportivo sobre la forma
en que desarrolló su tarea.
Al
otro día Recoba percibió el impacto mediático que había generado aquella
trasmisión.
“Fue
un disparate la repercusión que se tuvo. Yo me sentía con una vergüenza bárbara
porque nunca me había pasado que llamara tanta gente a mi casa, me llamaba gente de todos
lados”, expresó.
En
aquel torneo Uruguay, que se había coronado campeón en 1983, entró directo en
semifinales jugando contra Argentina. Aquella tarde que Recoba relató con los
ojos vendados, la celeste clasificó a la final venciendo a la Argentina de
Diego Armando Maradona que venía de ganar el Mundial de 1986. Y tres días después el equipo uruguayo fue a jugar la final contra Chile. Otra vez apareció Recoba con los ojos vendados y de cara a un hecho que podía transformarse en histórico.
Recoba
afirmó que, pese a relatar los partidos de Uruguay, no tuvo problemas ni con Julio Ríos ni con Jorge Da Silveira, la dupla de Radio Oriental. “Fue un tema de empresas”.
Es más, aportó una anécdota con Carlos Feliciano Silva que era la voz de Aquí
está su disco, uno de los programas más escuchados de radio Montecarlo, hermana
gemela de Oriental. “Silva daba el horóscopo y cuando llegaba al mío decía:
“Acá viene el signo del relator ciego Álvarito Recoba”. Un día el gerente de la
radio, Aníbal Da Silva, le dijo: ‘y usted encima le hace publicidad’. Pero
Silva era un personaje que estaba por encima del bien y del mal”.
Uruguay salió campeón de América y Recoba hizo historia al narrar sin ver, con los ojos vendados. Pasado el tiempo, el relator reveló a Que la cuenten como quieran que:
“El desgaste que tuve fue similar o peor que relatar 10 partidos seguidos. Era una locura escuchar a un
tipo al que no estaba acostumbrado a escuchar, y encima ponerle mi palabra. Se
me entreveraba todo. De hecho, dije que nunca más en mi vida repetiría una
experiencia de esas características.
Y
mire lo que es el destino, 34 años después de aquella inédita experiencia, Ríos
trabaja en CX 30 y Recoba en Montecarlo.
Que maravilla!! Primero confirmar que el asuntito del poder y los monopolios no son patrimonio de la globalizacion!El compromiso y la pasión por intermedio del ingenio la creatividad lograron encontrar un pequeño espacio y desde allí generar una revolución. Tremenda historia que revela la esencia. Recordar siempre estos hechos, saber que siempre exisen caminos alternativos. Grande Jorge!!
ResponderEliminarImpresionante historia que no conocía! Muchas gracias por compartirla estimado. Qué capacidad de inventiva . A veces me pregunto si tanta tecnología no hipoteca la creatividad y nuestra capacidad.
ResponderEliminarGran abrazo.