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PaTEAndo Mitos. La obra silenciosa de un chapista que montó una escuelita de fútbol para que los chicos autistas tengan derecho a la diversión. Esta historia es conmovedora. Se define en una frase: “Cuando un chico autista te mira y te abraza es tocar el cielo con las manos”.


 

Seguramente para Gerardo Britos hubo un antes y un después del nacimiento de su hijito Franco. Con 3 años no hablaba. Emitía sonidos. Le diagnosticaron sordera. Fue operado y la problemática derivó en trastornos de lenguaje. Algunos especialistas le dijeron que el caso estaba dentro del espectro autista.

“Mi hijo tenía dificultades dentro de los tímpanos. No hablaba, emitía sonidos y se hacía entender en todo. El tema se solucionó y recién a los 5 años empezó a escuchar. Eso trajo aparejado un retraso. Se le nota en los movimientos el trastorno, porque cuando empezó a jugar al baby fútbol tenía movimientos torpes para correr”, comenzó diciendo Gerardo Britos a Que la cuenten como quieran.

Entonces el competitivo mundo del baby fútbol comenzó a ser traumático para Franquito. Su papá rememoró que Franco se aislaba, jugaba cuando no había jugadores, y generalmente lo utilizaban para llenar un espacio en el formulario del equipo.

Vinculado desde siempre al club Carlitos Prado, allá por 2017 el club vivió una crisis. Se alejaron varios padres y hasta el presidente. Los dirigentes que quedaron le pidieron una mano a Britos para que asumiera como presidente interino.

Unos meses después ocurrió un hecho inesperado que cambió la vida de Gerardo. Un día se le acercó el padre de un chico con autismo a solicitar un espacio para formar una escuelita destinada a niños con la referida problemática.

El 14 de setiembre de 2018, con Facundo, Nacho y Santino en la cancha, se puso en marcha una aventura del corazón llamada: PaTEAndo Mitos.

 

Inicio complejo


Aquel primer día en la escuelita Gerardo vivió una experiencia tan inesperada como compleja. “Me acerqué a unos tres metros de un chico y empezó a gritar. Pero gritaba mal. Y cuando pretendí arrimarme para hablarle fue peor; se empezó a golpear la cabeza contra la pared y me alejé. No sabía cómo actuar”, rememoró Britos de aquel traumático inicio en PaTEAndo Mitos.

Gerardo quedó bloqueado. Junto con sus hijos, que lo acompañan en esta aventura del corazón, comenzaron a tirarle pelotas al chico para que las devolviera. Pero el niño no lo hacía. Hasta que un día los sorprendió. “Yo estaba de espalda y me empezaron a venir pelotas. ¿Y esto? Era él que las tiraba, solito. Un año después ese chiquilín andaba corriendo con sus compañeritos y hasta llegaba a tirarme de la campera para que jugara con él. Me he sacado selfie con él. ¡Sabés lo difícil que es sacarse selfie con un niño autista! Esa foto la tengo y la guardo como un tesoro”, expresó Britos.

La selfie de Gerardo con Facundo

Para entender la complejidad de tratar con niños autistas remitimos lo que expresa la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre los trastornos del espectro autista (TEA).

“Son un grupo de complejos trastornos del desarrollo cerebral. Este término genérico abarca afecciones tales como el autismo, el trastorno desintegrador infantil y el síndrome de Asperger. Estos trastornos se caracterizan por dificultades en la comunicación y la interacción social y por un repertorio de intereses y actividades restringido y repetitivo.

Los TEA aparecen en la infancia y tienden a persistir hasta la adolescencia y la edad adulta. En la mayoría de los casos se manifiestan en los primeros 5 años de vida.

Los afectados por TEA presentan a menudo afecciones comórbidas, como epilepsia, depresión, ansiedad y trastorno de déficit de atención e hiperactividad.

El nivel intelectual varía mucho de un caso a otro, y va desde un deterioro profundo hasta casos con aptitudes cognitivas altas”.

 

Compromiso familiar


Lo cierto es que este hombre, chapista de profesión, que no tiene un sueldo fijo porque trabaja cuando lo llaman, generó un enorme grado de compromiso con los chicos involucrando a toda su familia.

Para que tengan idea, su hijo Franquito hoy tiene 16 años y es uno de los asistentes.

“Para mí es un orgullo como padre ver a mi hijo con discapacidades ayudando a otros niños”, expresó emocionado a Que la cuenten como quieran.

Gerardo reveló que los guías de la escuelita son adolescentes. Entre ellos sus dos hijos Franco y Agustín, el mayor, que tiene 20 años. Después están Ailén y Emiliano. En la cancha jamás falta la ayuda de Washington Bocha Pascal. Y finalmente Pablo Martirena, su mano derecha, un muchacho que es mozo y que al mes de enterarse de la escuelita se contactó. Lo curioso es que Pablo es del equipo rival de Carlitos Prado, ya que proviene del club Covicenova del Cerro. “Y después mi señora, Alicia Prando, que además de ser el pilar de la casa, porque es la que tiene el sueldo fijo, cada vez que tenemos un evento se pone el cuadro al hombro para ayudar”, expresó.



Al margen de afirmar que aprende todos los santos días con los chicos autistas, el 14 de setiembre de 2019 el hombre decidió realizar su primer curso de capacitación.

Su hijo mayor tenía la intención de inscribirse pero se encontró con una traba: el costo del curso. “Valía 2.500 pesos cada curso y con mi trabajo, que es de acuerdo a lo que venga en la semana, era difícil. Al final nos hicieron 2x1 y concurrimos los dos”, recordó Britos.

La escuelita es a pulmón. Los pocos materiales que disponen fueron donados. A modo de ejemplo señaló que Abriendo Caminos (la escuelita para chicos con Síndrome de Down) les donó unos chalecos con los que entrenan al día de hoy.

 

¿Qué les falta?


Antes de la pandemia la escuelita funcionaba los días miércoles. Cuando llovía o hacía mucho frío, realizaban la actividad en el Club Celta de fútbol 5 que durante dos años cedió la cancha de forma gratuita. Las dificultades modificaron un poco el acuerdo y ahora tendrán que pagar. “Está bien, si durante dos años nos dieron el espacio gratis, ahora que ellos están un poco apretados nos toca ayudar a nosotros”, dijo Britos.

A la hora de las necesidades, Gerardo asumió que faltan implementos deportivos. “Algún juego de chalecos, cositas para saltar, conos”.

A lo largo de todo este tiempo PaTEAndo Mitos estuvo en contacto con la escuelita para discapacitados de Juventud de Las Piedras que comanda Claudio Martín y con Abriendo Caminos de Diego Varela.

Gerardo con Diego Varela y Claudio Martín

Otro que colaboró, donando pelotas, fue el exjugador de Cerro y Bella Vista, Carlos De León.

Pero a la hora de sortear los obstáculos dice haber encontrado una enorme solidaridad en todos los padres de los chicos.

“Es interesante todo lo que se formó con los padres. Esa unión que hay entre ellos. Tenemos un grupo de whatsapp, al que le pusimos “Derribando Barreras”, donde se apoyan entre todos. Por ejemplo si alguien necesita un dentista ahí enseguida aparecen las recomendaciones, porque un dentista para un autista no es cualquiera, debe ser un especialista que entienda la complejidad de que el ruido les molesta. El grupo lo forman más de 80 padres. Para que tengan idea, hay niños que hace más de un año que están en el grupo y no participaron nunca de una práctica”, contó Britos, agregando que a lo largo de todo este tiempo vivió experiencias increíbles.


“Un día una abuela me trae a un niño que debería tener 5 0 6 años. El chiquito debe haber atajado tres pelotas en dos años. El niño viene y se va a jugar con los conos. Me los saca, los levanta, y un día la abuela me dice: ‘Gerardo, el chiquito no toca una pelota’, y le digo, ¿a él le gusta, se va contento? Le encanta, me respondió. Entonces es eso. Se trata de eso”, contó Gerardo.

Britos destacó el crecimiento de un chico llamado Santino. El primer día que llegó no se soltaba de la pierna de la madre. Gerardo le pidió a la señora que entrara a la cancha con el niño. A los 10 minutos Franco, el hijo de Gerardo, lo tomó de la mano y dieron dos vueltas a la cancha caminando. A la segunda práctica el chico fue derecho a tomarle la mano a Franco. Hoy se maneja solito.

Las emociones


En una tarea de estas características las emociones están a flor de piel. Gerardo no olvida dos momentos. El primero fue el día que la periodista Iliana Da Silva apareció con una cámara de Canal 12 para realizar una nota.

El segundo, cuando los niños salieron al campo de juego del Estadio Charrúa y recibieron una medalla. “Fue increíble ver a chiquitos que no hablan besar la medalla y mirar al cielo”.

Aquel día, en el marco de los 50 años de ONFI (Organización Nacional del Fútbol Infantil) los niños de PaTEAndo Mitos fueron invitados a la fiesta. La fecha coincidía con el aniversario de la escuelita, por lo que tomaron el guante.

“El momento más lindo fue verlos salir por el túnel. Nadie pensó que un grupo de 20 niños autistas estuvieran seis o siete minutos dentro del túnel del estadio, y que luego salieran a la cancha, todos formados, detrás de una bandera”.

Estas historias del corazón se construyen de pequeños detalles. “Hay niños que son lentos en sus movimientos y tenés que dejarles la pelota ahí para que rematen al arco. Y lo dejamos. Y en el momento que patean todos celebramos y ellos se ríen. Con eso ganamos el partido”, reveló Britos.

Franco, hijo de Gerardo, junto a Facundo

El hombre no duda en afirmar que “lo que estos niños te brindan es extraordinario. Yo aprendo todos los días con ellos. Todo lo que aprendí me lo enseñaron ellos. Que un niño con autismo te mire es como tocar el cielo con las manos”.

Las palabras de Gerardo quedan resumidas en el video donde brindan por un Feliz año 2021. Las imágenes de los chicos, del día que participaron del espacio Inclusión arte que todos los años organiza el PIT-CNT, fueron acompañadas de la letra de una canción de Jarabe de Palo.

“Eso que tú me das es mucho más de lo que pido.

Todo lo que me das, es lo que ahora necesito.

Eso que tú me das, no creo lo tenga merecido.

Por todo lo que me das, te estaré siempre agradecido.

Así que gracias por estar, por tu amistad y tu compañía.

Eres lo, lo mejor, que me ha dado la vida. 

Por todo lo que recibí, estar aquí vale la pena …”.

Gerardo no expresa sus emociones. Las lleva por dentro. No duda en afirmar que en su noble tarea varias veces se quebró hasta las lágrimas. Pero lo hizo solo. En la oscuridad de la noche.

Comentarios

  1. Es una historia para compartir y agradezco el ser parte de esta gran familia que es Pateando Mitos, y ojalá hubieran muchos más Gerardo para compartir historias y experiencia de vida a través de la empatía y la solidaridad.

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  2. Hermosa historia de una hermosa realidad, emotiva, conmovedora y estimulante para todos quienes la lean... Gerardo es uno de esos héroes silenciosos que merecen lo mejor para él y los suyos....

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  3. Maravilloso!!! Qué osadía la de Gerardo para confiar en lo bueno! Para crear creyendo! Gracias Jorge por dárnoslo a conocer... fabuloso!!!!

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  4. Gracias Gerardo por brindar de corazón lo mejor para que nuestros niños puedan ser cada vez más independientes y más incluídos en esta sociedad y ojalá se sumen más personas o empresas a apoyar está hermosa y noble causa que es paTEAndo mitos

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  5. SUPER EMOCIONADA, MUCHAS FELICIDADES Y PROSPERIDAD EN ESTE CAMINO. LA VERDAD SERES MARAVILLOSOS.
    SOY LA MAMA DE RODRIGO LESCANO.

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  6. Este último comentario es uno de los de más importancia Rodrigo Lescano es un gran Guerrero, es un niño de 14 años con leucemia aguda y está librando una gran batalla con Pablo estamos en contacto Jon el para hacer como le va y para alentarlo ,es un hecho de que cuando se recupere será uno de los guías de " paTEAndo mitos " lo cual lo hizo muy feliz, cabe aclarar que ni pablo ni yo lo conocemos personalmente ,cosa que estamos muy entusiasmados para hacerlo en la brevedad

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  7. Que maravilla!! Que existan los Gerardos y los Jorges!! Realmente estoy muy emocionado. Soy vecino de acá del Prado, alguna vez jugué algún partido en esa cancha. Desconocía esta historia de verdaderos campeones!!!

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  8. Woow emocionante nota!! Realmente es así!!! Gracias Gerardo, Pablo y familias. Por tanto cariño y respeto a nuestr@s niñ@s y mamás, abuelas, papás y familias !!! Arriba PATEANDO MITOS 💙

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