Milton había salido de la cana. Producto de los golpes le habían fracturado un codo. Pero, después de 10 años como preso político, tenía un deseo: volver a ponerse la camiseta de Tabaré. Una noche de 1982 el capitán Larralde le cedió la pelota y le dijo: “Tomá Flaco, el capitán sos vos”. Y entró encabezando la fila. Aquella noche quedó grabada en la historia de Tabaré. Nadie olvida cuando Eve Acosta llamó a Milton Freire y lo mandó a jugar. La cancha se vino abajo.
La
década del 60 fue inolvidable para Tabaré. Formó un equipo con el Cabeza
Márquez, Julio Gómez y Washington Poyet como abanderados. El Indio ganó los
Federales de 1960, 1961, 1962, 1964 y 1968. Tabaré fue amo y señor del
básquetbol uruguayo hasta que los monstruos se retiraron.
Sin
embargo, en el club había una lucecita encendida: Milton Freire. Un jugador
formado bajo el ala de aquellos veteranos.
El
Flaco, o Carita como le decían algunos, compartía su actividad deportiva con su
trabajo en el Sindicato Médico. Andaba siempre en una motito Vespa. Y lo que
nadie sabía y siquiera imaginaba era el compromiso social de Freire que era
militante sindical. “Jamás pensamos que Milton estuviera en el movimiento”,
recordó el exdirigente Hugo Chocho.
En
1972 el país estaba convulsionado desde el punto de vista político. Tabaré
peleaba el descenso. Milton andaba medio desaparecido y de hecho, solo concurría a los partidos. Una noche se estaba
cambiando en el vestuario, lo miró a Álvarito Rodríguez y le dijo: “Álvaro,
mirá que si veo aparecer a los milicos, si los veo entrar por acá, me tiro por
el caño rumbo a la Asociación Cristiana y aparezco en el Parque de los
Aliados”. Clara señal de que algo iba a suceder. Una semana después el
basquetbolista Milton Freire cayó preso.
Milton Freire, abajo a la izquierda |
“Por
lo que me contaron, se lo llevaron de una calle en el barrio Capurro”, rememoró
Milton Larralde, un histórico de Tabaré, en charla con Que la cuenten como quieran.
Con
Freire preso, el equipo perdió la categoría. Los días pasaban y en el club,
poco y nada se sabía de Milton. Las pocas noticias que llegaban eran a través
de Doña María, su mamá, que lo visitaba en el penal donde era el número 568.
El
30 de noviembre de 2007, Pablo Caballero publicó en La Red un editorial homenaje a Milton
Freire donde se hablaba de su etapa como preso político.
“El
dicho popular afirma que cuando nos morimos, todos pasamos a ser buenas
personas. Yo no lo creo, en todo caso hablo o escribo de los buenos. Milton -el
“Carita”- Freire no sólo era de los buenos, era de los mejores y no me estoy
refiriendo a sus dotes de eximio basquetbolista, sino a sus valores como
hombre, amigo, compañero y militante.
Derrochó
coraje, solidaridad y optimismo a través de diez largos años en el Penal de
Libertad durante la dictadura. En el primer piso sector A -como en el
basquetbol- cubría, tapaba, habilitaba, ordenaba, definía la estrategia y la
táctica y la lideraba, hasta que lo señaló el artero dedo de la delación y fue
a parar con el colchón y sus petates al segundo piso, el piso de los
“peligrosos”.
En
la misma nota se hace referencia a que Milton Freire fue fundamental en cada
recreo del Penal. Allí, cuando alrededor de 50 hombres salían desesperados a
correr detrás de una pelota, el Carita les comenzó a enseñar a picar la pelota,
a pasarla, a realizar el doble ritmo y hasta a pensar antes de tirar al aro.
En el Penal se llegaron a organizar campeonatos interpisos donde los sargentos apostaban dinero por su equipo de piso. Allí Milton coincidió con Bernardito Larre Borges.
Lo liberan y pide jugar por Tabaré
Milton
fue liberado en 1982. Para celebrar su libertad se organizó una comida en la
casa de su mamá. En medio del asado el Flaco expresó su deseo: “quiero volver a
ponerme le camiseta de Tabaré y entrar a la cancha”.
El
capitán Larralde lo miró y preguntó: “Flaco, ¿pero vos estás para jugar?”. Las
dudas invadían porque Freire había salido de la cana disminuido físicamente y
con un codo maltrecho producto de los golpes recibidos. “No pasa nada, yo soy
derecho”, respondió el Flaco.
Al
otro día Larralde llamó al técnico Eve Acosta. “Mirá, el Flaco salió y quiere
integrar el plantel, quiere ponerse la camiseta de Tabaré”, comunicó el
capitán del Indio al entrenador. “Y el Eve Acosta, en un gesto que no voy a
olvidar nunca, me contestó: ‘esta es la casa del Flaco, ¡cómo no va a tener un
lugar en su casa! ¡Qué venga!’. Y así fue”, rememoró Larralde.
Y
llegó el día del regreso. La vieja cancha de Defensor, en Jaime Zudáñez, estaba
colmada. El Indio Tabaré jugaba contra Larre Borges. Cuando el cuadro salía a
la cancha había dos particularidades: la fila la encabezaba siempre Milton
Larralde con una pelota y la cerraba Alejandro Yayo González. Pero aquella
noche, antes de entrar, Larralde se paró delante del grupo, lo miró a Freire y
le dijo: “Tomá Flaco, el capitán sos vos”. Freire tomó la pelota y salió primero… Ahí estaba el Carita otra vez.
“Eso
nos marcó. Milton era una de las figuras emblemáticas de Tabaré y en ese
momento lo integramos al plantel. Nunca vamos a olvidar cuando entró a la
cancha, porque sin importar banderas políticas, estuvo 10 años adentro y la
gente toda la brindó un reconocimiento emocionante. Íbamos ganando y sobre el
final Eve Acosta lo mandó a jugar como una especie de reconocimiento. Fue muy
emotivo, porque también, después de todo lo que había vivido, era una forma de
integrarlo socialmente”, contó el que cerraba la fila, Yayo González, en el
libro de los 85 años de Tabaré.
Los
relatos coinciden. La emoción embarga a los que vivieron aquella noche. Hugo
Chocho, un hombre que hizo de todo en el club, desde ser delegado a vender
panchos en el carnaval, estaba ahí...
“Fue
inolvidable. Faltando poco entró Milton. Recuerdo que en Larre Borges jugaba
Nacho Sarrán que es oriundo de Tabaré y cuando Milton entró se dieron un abrazo
interminable. Todo el mundo aplaudía. Pah… recordar eso me emociona…”.
Aquel
año Tabaré volvió a Primera. Finalizada la temporada la directiva le ofreció a
Freire hacerse cargo de un proyecto en las formativas.
Milton
falleció el 26 de noviembre de 2007. Unos años antes, en un aniversario de
Tabaré, Milton Larralde fue a la casa de Doña María, la mamá del Flaco que no se perdía un solo partido del equipo, para
invitarla a la fiesta. “Me dijo que no. No quería ir porque no podía cruzar
Ponce. Entonces le dije que yo lo iba a buscar”, recordó Larralde. Y doña María
fue a la fiesta del club de su hijo.
Muy buena Anécdotas Felicitaciones Amigo Señorans
ResponderEliminarJorge emociona cómo haberlo vivido , felicitaciones Milton vive gracias a tus relatos. Y eso que ni lo conocí 🙌🙌🙌
ResponderEliminarTerminé de leer con los brillantes y acuosos...Arriba
ResponderEliminarOjos brillantes y acuosos quise decir...
ResponderEliminarQue emocionante realmente!! No se precisa conocer a los protagonistas para que se te ponga la piel de gallina. Me queda la imagen de ese abrazo entre rivales!! Como símbolo de lo querido que tiene que haber sido, por sus cualidades humanas!!
ResponderEliminarfui hincha del decano Sporting pero la pucha que cuadro TABARÉ: POYET OTERO MARQUEZ EL NEGRO GOMEZ PIÑEYRO EL RESTO NO LOS RECUERDO PERO ES HISTORIA QUE CUENTAN SOBRE UN COMPAÑERO ES VERDAD A PARTIR DE HOY TABARE CUADRO COMPAÑERO"
ResponderEliminarNotable historia de uno de los grandes de los grises El ' Pulpo" Freire, tremendo jugador; sucesor de los monstruos Poyet; Márquez; Gómez; Piñeiro; Ariel Gonzalez y muchos más que como hinchas de Tabaré nos llenaron de alegría. Milton llegó a jugar con Yury Pohosky cuando León "el Pata' Svirsky era presidente de los gloriosos grises !!! Que alegría haber vivido esos días de gloria!! Bueno ya viejos solo nos queda vivir de esos recuerdos maravillosos !! DALE LA GRIS !!!
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