Allende: el jugador que Rentistas compró por costillas de carne
Foto: Twitter club Rentistas |
Paradoja
del destino. Aquello que los padres combatían, se terminó convirtiendo en un
aliado. Los juegos virtuales nunca fueron tan bien vistos como en la era
coronavirus.
Los
botijas, en tiempos donde se sugiere no salir, le ganan horas al día frente a
la computadora. Los partidos de fútbol virtuales son uno de los pasatiempos
favoritos.
Allí arman sus equipos, “compran” jugadores y disputan campeonatos.
En
ese mundo virtual hay un solo aspecto del juego en el que el mercado de pases tiene
punto de comparación con la realidad: la cotización de los jugadores.
Cuesta
creer lo que invierten los principales clubes del mundo para reforzar sus
equipos. Cifras alocadas. En algunos casos hasta obscenas. Una realidad que
contrasta con la particular historia de Daniel Allende, un jugador de Rentistas
cuyo pase se pagó con costillas de carne. Tan insólito como real.
Allende,
que no podía tener otro apodo que Costilla, surgió en el club Oriental ubicado
en las inmediaciones de Canstatt y Propios.
Jugaba
de volante. “Buen jugador. Elegante. Muy bueno técnicamente”, lo definió Martín
Lasarte que lo tuvo como compañero en Rentistas.
Antes
de su último destino, Allende tuvo un largo recorrido por el fútbol que incluyó
Huracán Buceo, Peñarol, Danubio y Central Español.
El
hecho ocurrió por la década de los 70. Por aquellos tiempos en los que Daniel
la peleaba contra las lesiones de rodilla, Rentistas se interesó en su
concurso. El pase se concretó. La noticia pasó desapercibida y fue apenas un
recuadrito en el desaparecido diario El Día, según reveló el periodista Antonio
Ladra en el semanario Voces.
Lo
curioso de la transferencia fue el precio que pagaron los rojos para llevarse a
Daniel Allende: 500 costillas de carne.
“El
que hizo la operación fue el Tito Quagliatta, padre del exjugador Oscar
Quagliatta, que tenía una carnicería en el mercadito que estaba atrás del
restaurante Morini”, me contó Washington Cacho Rivero que por ese entonces
hacía sus primeras armas como dirigente en los rojos.
Según
Cacho, Rentistas tenía buena relación con Central Español. Era común que en la
semana jugaran partidos amistosos de entrenamiento. De hecho los rojos del
Cerrito de la Victoria oficiaban como locales en el Parque Palermo o, en su
defecto, en El Fortín de Sud América.
La
particularidad del caso es que Quagliatta, que era secretario general de
Rentistas y dominaba toda la parte deportiva, terminó acordando la contratación
de Allende por carne.
Desde
ese preciso instante, Daniel “perdió” su nombre. Pasó a ser el Costilla Allende.
Costillas con puré
Una
de las curiosidades de la historia es saber los motivos por los cuales el pase del
Costilla se cotizó en carne. Tal vez la respuesta se encuentre en la
explicación que brindó Martín Lasarte, jugador que por ese entonces jugaba en
las formativas de Rentistas y llegó a ser compañero de Allende cuando lo
ascendieron a primer equipo junto con Adolfo Barán.
“Hay
una particularidad, recuerdo que en esos tiempos el almuerzo previo a los
partidos eran costillas con pure. De alguna manera los dirigentes de Central
Español buscar abaratar costos”.
Cacho
Rivero dijo tener presente que Tito Quagliatta le llevaba 30 costillas por
semana a Central Español y que las mismas iban a parar a la parrilla para darle
de comer a los jugadores.
En
Rentistas se brindaba el mismo almuerzo previo a los partidos. El actual
presidente de los rojos, Mario Bursztyn, contó que por ese entonces el que
proporcionaba la carne era Juan González, un hombre popularmente conocido en el
club como el Gallego.
Los
tiempos cambiaron… Hoy sería inimaginable comprar el pase de un jugador por carne.
Del futuro de Costilla Allende poco y nada se supo. Se le perdió el rastro. Se
transformó en leyenda.
Que lindo una historia de las que quedan en la cantina del club.
ResponderEliminarMuy buen aporte Nacho querido.
Hermosa pincelada. Qué grande el fútbol uruguayo. El artículo rebosa de imágenes y recuerdos. Hermoso
ResponderEliminarEspectacular!!
ResponderEliminarComo siempre con historias que atrapan y demuestran el verdadero valor del deporte y lo genuino de los que dirigían con esfuerzo y corazón. Todavía no era negocios lucrativos el fútbol y los que llevaban adelante los emprendimientos deportivos por los queridos barrios de nuestro país. GRACIAS
ResponderEliminarCuanta verdad y que bien realizada FELICITACIONES
ResponderEliminarMuy bueno!
ResponderEliminar