Eduardo Gordon fue olímpico en Londres 1948 y campeón sudamericano con Uruguay en 1949. Un año más tarde se lo acusó de profesional por pedir pase de Malvín a Peñarol a cambio de trabajo y dinero. Fue denunciado y penado de por vida. Jamás volvió a jugar. Eran tiempos donde cambiar de camiseta era una deshonra y donde los dirigentes se llegaban a retar a duelo por un pase. Antiguamente, lo habitual era que los basquetbolistas se identificaran con el club del barrio. Jugaban y defendían al barrio. No entendían el básquetbol de otra forma. Todo cambió. Hoy se vive un superprofesionalismo que lleva a los jugadores a jugar media temporada en un equipo del ascenso y luego pasan a otro distinto en la Liga Uruguaya. En estos tiempos sería una locura siquiera pensar que, como antes, jugar por otro club era una deshonra. Y aún peor. Solicitar transferencia y jugar por dinero era motivo de un duro castigo. Cobrar para jugar al básquetbol llegó a ser sancionado de por vida, como le ocurrió ...