La vida dependía de un milagro. Un tumor se había alojado en el cerebro de la chiquita. Viajar al exterior era la única esperanza de salvar a su hija. No tenía para los pasajes. Un exjugador se los compró. Fue solo, con lo puesto. Cuando llegó su hija la vio en silla de ruedas. Lloró día y noche. La historia mediática de William Gutiérrez es más que conocida. Fue basquetbolista, jugó con Tato López, y se coronó campeón. Fue futbolista, jugó en la selección, y se coronó campeón uruguayo. Pero pocos saben de la pelea que brindó afuera de la cancha. Ahí donde jugó el partido de su vida. Por su hija Kareen. Willy andaba por la vida sin demasiadas preocupaciones. Eran tiempos de recibir los frutos de la siembra. Este hombre, nacido en Mercedes, llegó a Montevideo con una mano atrás y otra adelante peleando por su sueño de jugar al fútbol. Lo hizo contra la voluntad de su padre. Para viajar debió prometerle a su madre estudiar en la capital. Se anotó en la UTU y le tocó el turno de la ta...