La caída del sol en el Nasazzi. El aroma del habano del viejo. La foto con Chiquito Vismara siempre al lado. La vuelta olímpica con su señora embarazada. El orgullo de la estrella en la camiseta. Llorar al hablar del cuadro. El Pocho Navarro es Bella Vista en estado puro. Su única camiseta en Uruguay. Su historia con el club comenzó de manera curiosa. Jugaba en la Quinta de Peñarol cuando en un amistoso contra los papales les marcó dos goles. El Pocho quedaba libre a fin de año, por lo que su padre no dudó en apersonarse al otro día en Acodike, la empresa donde trabajaba el técnico de las formativas papales, Sergio Markarian. Don Navarro le dijo al DT que su hijo quería jugar en Bella Vista. Sergio no dudó un instante y brindó su inmediata aprobación. Fue de ese modo que Rubens Pocho Navarro empezó a escribir con los papales una historia a pura emoción. “Lo que siento por Bella Vista no lo puedo describir con palabras. Recuerdo que cuando estaba en el exterior llamaba al period...